Vestida con una camiseta negra con un signo de la paz con brillo y pantalón negro, Mikaela Piasecki se parece a cualquier otra estudiante de secundaria, que se este preparando para un entrenamiento de cross-country.
La corredora sonríe ligeramente mientras estira las piernas en un pequeño trozo de césped en frente de Sage Valley Junior High. Sus párpados están medio cerrados, mientras mira directamente hacia el sol brillante, caliente.
Su entrenamiento comienza con una carrera corta en las aceras y se para con sus compañeros de equipo, y ella coge su ritmo, para que no sea ella la última en la línea de meta.
La niña de 13 años de edad, no tropieza. No lo hace cuando la acera se convierte en césped tampoco, cuando el estacionamiento tiene un hoyo repentino y menos aun cuando el borde de una carretera se adentra en la hierba.
Ella recuerda que cada bache, todas las superficies porque es lo que debe hacer.
Mikaela tiene impedimento visual, y aunque ella tiene un guía a su lado corriendo durante el entrenamiento y las carreras, ella completa los calentamientos por su cuenta.
Mikaela lee en Braille, o con los ojos apenas a una pulgada o dos del texto. Pero eso no funciona en un curso de cross-country.
Cada paso es un acto de fe, sin embargo, está dispuesta y decidida a dar todos y cada uno de ellos.
Mikaela sufrió un derrame cerebral, mientras se encontraba en el vientre de su madre, una mujer de 20 años de edad, Jamie Piasecki. Es algo que puede ocurrir con mayor frecuencia a las madres primerizas.
Es por eso que Mikaela pesaba tan sólo
Pronto descubrieron que Mikaela sufría hipoglucemia, para entonces, sabían que su hija mayor no podía ver bien.
"Sabíamos que algo estaba pasando", dijo Jamie, que ahora tiene 33.
Se necesitaron dos años para tener el diagnóstico médico: impedimento visual cortical.
La enfermedad a menudo se combina con al menos otra discapacidad. Mikaela es una víctima rara porque no tiene otra discapacidad, pero la baja visión puede cambiar todos los días, incluso de un momento a otro.
Aunque su visión es 20-20, el tejido cicatricial en la parte posterior de su cerebro hizo no pueda usar lentes, incluso con cirugía ocular no se puede reparar el daño.
"Ella sólo puede ver las partes, y su cerebro trabaja hasta que pueda poner en una foto todas las partes juntas", explicó su madre.
Mikaela completa el circuito de
Cuando ella llega a la línea de meta bajo un calor asfixiante, a finales del verano, Mikaela se encuentra una taza de agua, vertiendo parte de ella en la frente para el alivio. Su mamá y el nuevo perro de la familia, la saludan con entusiasmo.
Mikaela en silencio ha superado otro reto.
leer más en:
No hay comentarios:
Publicar un comentario