Nunca he tratado de hacer yoga, así que cuando llegué a una clase de Triyoga en Chelse me sentí muy intimidado. Mi interior cínico esperaba a gente de pie musculosa y con una niebla de incienso en la cabeza, pero lo que vi era una gran sala blanca salpicada de alfombras púrpuras, ladrillos de espuma, mantas y otros participantes. Pude elegir un espacio y me senté en una esterilla en el suelo.
Cuando nuestro maestro, Matthew Sanford, llegó, puso su mano calmante sobre mi hombro y con voz suave, y acento estadounidense me describe como un tipo deportista y con una mentalidad determinante. Él lo reconoce, porque estoy en el piso con mi silla de ruedas estacionada junto a mí - y los dos somos parapléjicos.
Sanford sólo tenía 13 años cuando el coche de su familia, golpeó un trozo de hielo y se deslizó por un terraplén. Su madre y su hermano sobrevivieron, pero su padre y su hermana no lo lograron. Samford estaba durmiendo en el momento del accidente, sufrió una fractura en el cuello y la espalda, entre otras lesiones. Eso le llevo a un estado de coma durante tres días.
"Yo era un chico muy deportista y me encanta sentir todo mi cuerpo", me dice. "Después del accidente, los médicos me dijeron que perdería la sensación y yo les creí. Llamaron a la sensación de hormigueo y ardor en las piernas sensación fantasma, en caso de que lo llevó a decir que volvería a caminar." En realidad, como me conozco, el constante "ruido" en las piernas, que puede ser cualquier cosa, desde una casi agradable, una sensación de hormigueo caliente a un dolor insoportable, no puede ser funcional, pero sin duda es real.
Sanford siguió debidamente el enfoque tradicional de la rehabilitación: "Aprendí a hacer mi parte superior del torso muy fuerte para vencer mi cuerpo que es una metáfora, porque no se puede superar a tu cuerpo."
Luego, 12 años después del accidente, Sanford estaba en la universidad estudiando filosofía cuando conoció a un profesor de yoga. "los dos estudiamos lo que los principios del yoga significan, la relación mente-cuerpo, para mí. Empecé a sentir que la sensación fantasma otra vez, y pensé:.." Yo pertenezco a este lugar no puedo hacer las poses, pero como todos los demás puedo sentir la plenitud que está en el centro de las poses. Ese es el verdadero corazón del yoga. "
Ahora él es un apasionado de la transmisión de lo que ha aprendido con otros maestros y recientemente viajó al Reino Unido para realizar una serie de talleres para difundir el mensaje de que el yoga puede ser perfecto para las personas con discapacidad. "Tuve suerte porque me encontré con un gran maestro, así que quiero que los demás encuentren un maestro de yoga para trabajar. Los principios del yoga no discriminan, pero las poses si lo hacen. Eso es una gran diferencia. Cuando me di cuenta de que los principios de alineación y precisión en cada pose de yoga, yo supe que podía enseñar a otros.
leer más: http://www.guardian.co.uk/lifeandstyle/2011/sep/26/wheelchair-yoga
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